martes, 29 de enero de 2013

Seis con diecinueve



No sé si por comodidad o por tradición pero he crecido en una sociedad acostumbrada al redondeo. Solamente un par de cifras afortunadas se libraban de la lotería del redondeo; lotería porque lo mismo hoy te da que mañana te quita. Quizás la primera cifra no redondeada que aprendí fueron los 6,25 metros de la línea de triple (cifra que resultó no ser inmortal y mutó a 6,75). Aprendí también aquello de que pi era igual a 3,14159… aunque nunca supe muy bien para qué me serviría.

Más tarde el 166,386 me persiguió durante mucho tiempo y pese a ello me costó entender que existiera cero coma trescientos ochenta y seis pesetas. Memoricé también la sintonía de aquella emisora que repetía las canciones del momento. Al tener que pagar la matrícula de la universidad tuve que pagar también 1,12 euros por el seguro médico. Pagué también 0,79 euros por descargarme el Whatsapp en mi móvil.

Diría también que al tener carnet de conducir comencé a detenerme en el precio de la gasolina, pero dada su facilidad para cambiar va a ser casi imposible cuantificar su precio. Además, creo que así ahorraré alguna que otra frustración.

Y ahora ha llegado el turno de 6,19. Antes no era más que un simple número; probablemente alguna que otra vez el cajero o cajera del supermercado me citó la cifra para que le pagara, no lo recuerdo. Quizás fue el precio antes de impuesto de alguna tontería que en su momento compré. O tal vez la cifra fue vista en alguno de los análisis de sangre que me he hecho a lo largo de mi vida. No le presté la suficiente atención.

El caso es que hoy 6,19 es la excusa, quizás no el motivo pero es la excusa. Excusa para llegar huyendo sin querer huir, excusa que me hizo dejar de ver el sol no por capricho.

6,19 es también el responsable de que ahora cualquier reconciliación quede a la suerte de que ceda algún orgullo, pues no me cruzaré con aquella persona con la que debería hablar. Es también la cifra responsable de mi cambio de hábito a la hora de cruzar la calle, o el tener que tirar y empujar puertas para entrar a cualquier tienda.

A la dichosa cifra le debo también el aumento de conexiones al Skype y tantas y tantas cosas. En definitiva, seis con diecinueve es la responsable de rescatar canciones como esta justo cuando empezábamos a olvidar nuestro pasado.