viernes, 23 de mayo de 2014

Chico/ a de las pizzas

Mientras que hay quien se empeña en resaltar el valor de la curiosidad, hay quien afirma haber sido testigo de como el gato moría a manos de la curiosidad. No voy a posicionarme, pero sí me veo obligado a recordar una frase de Albert Einstein, 'No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curioso.'

El caso es que por mera curiosidad me ha dado por probar algunas herramientas que me permiten saber quién ha entrado a mi  este blog. No te sientas espiado, te entiendo y es verdad que eso de ser todos anónimos resulta hasta divertido. No se sabe quién puede estar leyendo, quién está dedicando unos segundos de su vida a leer lo que escribo, o quién entra aquí con intenciones de que le toque el corazón. Yo también sueño con tocarte el corazón, querido amigo, querida amiga, pero sé que no lo consigo, lo seguiré intentando, y mientras tanto me conformaré con entretenerte un ratito, al fin y al cabo de eso se trata la vida, de pasar buenos ratos. 

A estas alturas probablemente sigas sin entender el título de esta entrada, y te cueste entender qué relación tiene una pizza con la curiosidad. Pues allá voy, estas son las redes desde las que han accedido a este blog en los últimos días:

¿No ves nada raro?

¡Sí, en el número 10! Alguien accedió a este blog desde la red Wi-fi de algún Telepizza. Quizás alguien hambriento quiso olvidarse del hambre entrando aquí, puede que por el contrario, lo hiciera con las manos sucias de salsa de tomate y dejara rastro en la pantalla de su móvil o que leyera "mis cositas" sentado en la taza del WC tratando de hacer hueco antes de atravesarse una 4 estaciones con extra de champiñones.

Seas quien sea, seas del sexo que seas, gracias, a ti y a quien accedió desde Perú, o desde Pamplona, o de Cádiz, o Trujillo, o Vigo o Valencia. Quizás veas recortada tu libertad, o tu privacidad, pero debes saber que me alegra y me sorprende mucho esto de poder de llegar lejos desde el salón de mi casa. Glocalización creo que se llama a eso de 'Piensa global,actúa local'.

Ahora me gustaría terminar esta entrada con alguna frase que modifique eso de 'Estómago lleno, corazón contento' pero no se me ocurre nada. Lo siento.

jueves, 8 de mayo de 2014

Recuerdos de Playmobil

Leo que esta semana se celebra el 40 aniversario de los Playmobil, y me veo obligado a dedicar unas palabras a tan peculiar juguete. Nací a final de los 80, por lo que no soy de esos que llaman "clics" a tan simpáticos personajes. Se llamen como se llamen aquí va mi particular homenaje.

Antes de nada, debo dirigirme a mis padres. Papi, mami, este es el motivo por el que estaba rebuscando entre los juguetes. No se preocupen, no me ha dado ningún ataque de nostalgia. Y sí, papi, a mí también me hizo cierta ilusión volver a "jugar" un rato con los Playmobil, al fin y al cabo ellos me enseñaron muchas cosas.

¿Qué me enseñaron?

Que yo no soy un juguete, y por mí sí pasa el tiempo.



Que hay vida después de la alopecia.



Que un elefante no cabe en un coche.



Que de tal palo, tal astilla.



Que aunque parezca mentira, la fórmula 1 existía antes de Fernando Alonso.



Y las motos antes de Lorenzo, Rossi, Márquez...



Que las barbas no son una moda exclusiva del año 2014.



Que el amor no entienda de edades (ni razas).



Los payasos también conducen.




La unión hace la fuerza decían.



Aprendí también que hay amistades que son para siempre.

Que por mucha imaginación que se tenga, la realidad no es como la de los anuncios.


Somos animales...



Los juguetes también tienen su San Fermín



También me enseñaron que hay cosas que no tienen mucho sentido.






Compartir mesa con quien no piensa como nosotros no es tan mala idea.

Bueno, quizás quien siga este blog echará en falta mi lado más sentimental. No puedo defraudar a mi público y a partir de aquí vienen mis reflexiones más profundas. Espero no fallarles.

No hace falta que sea 14 de febrero para regalar flores.



Que una madre siempre te espera con los brazos abiertos.



Potenciemos los nexos.



Seamos como seamos, no debemos perder la sonrisa NUNCA.



Si una mujer se plantea algo, lo conseguirá.



No hay que dejar marchar a quien se quiere.



Somos muchos en este mundo, y todos tenemos nuestra función.




Al final, todos vamos a acabar en el mismo lugar.




En definitiva, los Playmobil me enseñaron que la imaginación es una herramienta muy poderosa. Podría pegarme horas y horas inventándome "tonterías" y creyéndome fotógrafo pero ya no soy un niño y tengo otras obligaciones.



Pd: todas las fotos son sacadas por mí, espero que al verlas a alguno de ustedes se les haya escapado eso de 'ese Playmobil lo tenía yo' con una sonrisita en la cara.