martes, 19 de febrero de 2013

Sigan bailando



Terminó el Carnaval y los disfraces más afortunados, tras pasar el día al sol, vuelven a la soledad y humedad del altillo. Otros con peor suerte acabarán en el PIRS previo paso por el contenedor verde donde se encontrarán con pelucas, gorros y demás objetos que se quedaron en la Weyler y no llegaron ni a la San José.

No quedarán restos de purpurina en tu cara y quizás los únicos recuerdos que queden  de una tiempo tan feliz sean un pelo de peluca en el suelo de la casa, alguna lentejuela en la bolsa de la aspiradora y algún mechón rebelde que no quiere quitarse su disfraz hecho con spray de colores. No puedo olvidarme tampoco de alguna que otra herida que quizás a estas horas no recuerdes cómo te hiciste pero no te duele, además el morado parece haberse enamorado de la fiesta y se llena de varios colores.

Te curarás, volverás a beber pese a que tu hígado pida a gritos estar en barbecho durante unas semanas. Pero por favor, nunca olvides ese consejo que convertiste en himno durante todos los carnavales. Sigue bailando, sigan bailando, porque si tú bailas este mundo puede parecer un poquito menos triste, y no estamos como para ir desperdiciando oportunidades así.

Sigan bailando, sigan bailando


viernes, 8 de febrero de 2013

Este año no



Se me hará muy raro tras tanto tiempo pero este año hay cosas que no experimentaré y necesito plasmar en palabras.

No, este año no pasaré frío en La Laguna esperando a la gente para coger el tranvía. Tranvía que sin haber bebido se convierte en doble y se llena de surrealismo. No tendré que reírme a escondidas de otros disfraces mientras gente con peluca trata de animar la noche con alguna canción.

Este año habrá frases que no saldrán de mi boca como esa de “estos carnavales no quiero gastarme ni un euro en disfraces”. Igual que no tendré que explicar mis disfraces a quien no los entiende. Y es que este año no tendré que tirar de improvisación, no habrá por lo tanto disfraz de socorrista, ni de médico amante, ni de pastora, ni tampoco habrá jaima en medio de la plaza. Mucho menos habrá disfraz de King África o aquel simulacro de disfraz de bohemio. Tampoco se me verá de profesor de Educación Física ni todo vestido de negro diciendo que voy disfrazado del futuro (cada vez que lo pienso se me erizan los pelos y me creo pitoniso).

Tampoco habrá encuentros fortuitos, por lo que tampoco tendré que entablar conversaciones con gente que supuestamente me caía mal. Este año no sacaré mi móvil para intentar contactar contigo, igual que tampoco haré amigos al ir a orinar. Ningún canarión me reconocerá tampoco que sus carnavales no son nada al lado de los de Tenerife.

No tendré el dilema de si bajar a las carrozas a ver a viejos amigos o quedarme en La Weyler donde estoy más que bien mientras de fondo suena eso de “no hay que llorar que la vida es un carnaval” en la voz de Celia Cruz o quizás el “Sigan Bailando” de La Billos.

No habrá que turnarse para pedir hielo, ni discusiones por cuántas botellas comprar, ni cálculos en medio de la calle para saldar las deudas del botellón. 

Aunque no lo creas este año no tendré esa extraña ansiedad al saber que voy sin DNI.

Alégrate, este año no pasarás vergüenza al verme cantar alguna burrada a la gente que baja del tranvía, ni tendrás que esperar a que me coloque las llaves en el zapato. Llave que duele pero no molesta si estoy contigo. Tampoco tendrás que interrumpirme para que deje a medias alguna conversación.  Muy a mi pesar no pronunciaré tampoco eso de “me alegro de verte, a ver si quedamos”.

Tampoco te pondré a parir al saber que es Lunes de Carnaval y tú estás en Santa Cruz, pero no de Tenerife sino de La Palma disfrutando de Los Indianos.

Puedes estar tranquilo, este año no mendigaré ningún euro para volver a casa y tampoco habrá llamadas al día siguiente para hacer feedback sobre la noche, no seré yo la caja negra este año. Tampoco podrás decirme eso de “ibas bonito anoche” igual que yo tampoco te lo diré. No seré etiquetado en extrañas fotos en redes sociales lo cual por una parte me alegra.

Este año no estará ese deseo de cruzarme contigo, bueno quizás sí, pero este año no me busques porque no me verás.
Feliz Carnaval a todos.