sábado, 14 de febrero de 2015

Mareados

A veces, lo que aparentemente se nos presenta como un drama acaba convirtiéndose en una apasionante oportunidad para comenzar nuevos objetivos, o para seguir adelante con nuestros planes.

Me explico, tengo la memoria de mi móvil tan llena que he tenido que privarme del placer de ir por la vida escuchando música, poniendo banda sonora a momentos. El caso es que gracias a ir con las orejas (y sobretodo los oídos) descubiertos pude oír la escena que motivó esta entrada.

Me incorporo tarde, y sin invitación a la conversación entre una madre y su hija. Inmediatamente me acuerdo de la entrada que un día hice sobre un niño y su padre en el tranvía y no puedo dejar de preguntarme que sería de ellos y de sus estresados paraguas.

En esta ocasión, no tengo oportunidad de verles la cara a las protagonistas y prefiero que así sea. La madre, con cierto asombro le pregunta a su hija: "¿Cómo? ¿Que estás enamorada?". En el posterior silencio me dio tiempo a ponerme en la piel de la madre, quizás algo tensa ante semejante marrón.

Afortunadamente, su hija pudo corregirle y decirle que no había dicho enamorada sino mareada. En mi mente se oyó un respiro que no sé si existió o no, para acto seguido preguntarme si no es lo mismo estar enamorada que mareada.

Así que hoy quiero dedicar esta humilde e improvisada entrada a todas las personas que estén enamoradas/mareadas. No hay que esperar un año para celebrar y cuidar el amor, pero no está de más que una vez el año nos lo recuerden.

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