Voy a confesarme, quizás no suene a nuevo, pero necesito decirlo, ME GUSTA MI TIERRA.
No hablo de independencia ni nacionalismos extremos, de hecho, respecto a este tema tengo una opinión bastante bipolar, si bien un día creo que es una buena vía al momento puedo llegar a pensar que ese no es el mejor camino a seguir.
Pero hay algo innegable, como país multicultural que es España en el que hay comunidades con más de una lengua oficial o incluso podemos hacer chistes con andaluces, gallegos, catalanes, vascos… Canarias no puede quedarse fuera, tenemos mucho que mantener y mostrar al mundo, porque ni comemos paella todos los días ni tenemos tablaos flamencos ni tenemos las corridas de toros como afición. Prefiero escuchar unos pitos y tambores, perderme buscando un guachinche remoto soy carnavalero antes que seguidor de otras fiestas y podría seguir así un buen rato.
No creo que el futuro esté en el pleito insular, porque sostengo con total firmeza y con la seguridad de que no me voy a equivocar que todas y cada una de las islas tienen algo que aportar a Canarias, y al mundo en general, el timón no solo lo tienen las capitales, e incluso El Hierro, pese a ser la más pequeña de las islas pueden aportarnos grandes lecciones de respeto al Medio Ambiente, o incluso grandes vinos (hay que barrer para casa), La Palma y sus cielos, La Gomera y la fuerza de su gente que se ha afrontado a un terreno tan abrupto, Fuerteventura y sus playas o Lanzarote con la magia de Manrique aún latente.
Y hay que cuidar todo esto, es evidente que si no lo hacemos nosotros, no vendrán de fuera a conservarlo por nosotros, y si así fuera creo que sería el momento de reflexionar e incluso sentir vergüenza por no valorar TODO lo que tenemos.
Así que como oraba aquella campaña publicitaria, lo único que puedo decir es que sí, ¡Es una suerte vivir aquí!
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