Llevo unos días con ganas de despacharme a gusto con todo el mundo, no sé si tanta rueda de prensa de José Mourinho ha hecho estragos en mí o si todo es fruto de la campaña electoral. Puede ser también que no haya razón de existir para esta sensación.
Siento desagradar, y me temo que no gustará lo que voy a escribir, pero en el fondo tendré que ser consecuente, como consecuentes son aquellos que critican a quienes contaminan y rechazan sacarse el carnet de conducir mientras otros hacen lo mismo pero se pasean con potentes deportivos.
Hablando de ser consecuentes no puedo olvidarme de quienes nombran derechos y se les llena la boca al pedir que se cumplan, y que les traten igual que los demás sin dar lo mismo que el resto, y créanme que no hablo de dinero ni nada parecido, y creo que no es necesario que empiece a definir lo que son obligaciones.
A raíz de este pensamiento van surgiendo otros y propiciado esta vez sí por la campaña electoral me da por pensar en el socialismo (no se salva nadie y en futuros párrafos hablaré del resto) y cómo bajo el nombre de este partido se refugia gente con los mejores coches, el mejor “check list” de lugares visitados, y sus hijos estudian en las mejores universidades del país, nada ilícito, pero por favor que no me digan luego que tu partido es “obrero” porque no cuela, y si realmente lo son que dejen claro que no pertenecen a la tercera acepción de la RAE, esa que dice “ m. y f. Trabajador manual retribuido” . Y es que tras una breve reflexión caigo en que no conozco a muchos socialistas humildes y a la gente humilde que conozco y se considera de izquierda tira más para el extremo, y la moraleja que saco es que es demasiado fácil ser socialista cuando se tiene dinero. Y parafraseo a Nach con eso de que tenemos un “partido socialista que no practica el socialismo” y que conste que me encantan las intenciones que esconde el socialismo pero su puesta en marcha dista mucho de lo ideal.
La derecha tampoco se va a librar de mi ataque de “sinceridad” y es que nadie que se dedique a poner zancadillas en vez de ayudar se merece mi total respeto, lo siento, pero con el paso del tiempo he aprendido a alejarme de las malas vibraciones.
Tampoco se libran de la quema nacionalistas que proclaman y venden los beneficios de su tierra pero luego consumen productos de fuera, por el simple hecho de que lo de fuera es siempre mejor, con este tema podría llenar hojas y hojas, y no es mi intención.
Política aparte me cabrea también ver como quien realmente necesita ayuda no la recibe y quien puede seguir sin ella la recibe y la invierte en cosas innecesarias. Becas que se convierten en interraíles, coches, prótesis mamarias, viajes, fiestas, ropa, tatuajes… subvenciones que se piden por ser pedidas, Erasmus alcoholizándose a costa de los contribuyentes, ayudas que nunca llegan a su destinatario, chanchullos y más chanchullos mientras quien realmente necesita apoyo para poder seguir no lo tiene. Gracias a dios, en este aspecto tengo la conciencia tranquila, y la única ayuda que he recibido tiene apellidos y nombre, y ese apellido casualmente es igual al mío, porque ha sido mi familia quien único ha financiado mi trayectoria (que yo sepa). Dentro de la familia, lógicamente van mis padres, quienes me regalaron hace unos días un libro llamado “Reacciona” y aún así no he logrado reaccionar ante tanto parásito con el que me encuentro casi a diario, y sigo poco más que poniendo la mejilla para que golpeen con la intensidad que quieran.
Y debo empezar a parar, porque algo me dice que puedo meterme en problemas, pero que nadie es tan bueno como él cree ni tan malo como sus detractores piensan es todo un hecho.
Como si el destino hubiera querido que dejara ya de rajar, mientras preparaba en mi cabeza esta entrada suena el timbre, y ante mi sorpresa me encuentro con el vecino de origen somalí que viene a despedirse porque se marcha a Londres, aún queda gente buena o por lo menos con buenas intenciones y algo de educación, y así logro ver que aún a mi pesar, y pese a que estaba empezando a desconfiar, todavía quedan motivos para creer en la raza humana.
Dani te echamos de menos. Menos mal que por lo menos te leemos. Un abrazo amigo mío.
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