Me encuentro con un antiguo profesor del colegio, hablamos
un rato de nuestras cosas, el pasado, la vida, el empleo,… Cosas de mayores. Probablemente
aunque para mí no lo fuera, tuvo que ser una situación un tanto rara para él,
hablar de estas cosas y que por la cabeza no se pase ninguna imagen de aquel
niñato bigotudo (ahora soy barbudo) de 12 años requiere todo un ejercicio
mental imposible al menos para mí. Aún así logro inmerecidamente varios halagos
a mi persona que me veo obligado a agradecer.
Hablo también de la juventud, en tercera persona, como si la
cosa no fuera conmigo y dadas mis circunstancias le pido que desde el colegio
intente hacer todo lo posible por transmitir a los jóvenes que hay vida más allá
de Belén Esteban y Messi y que hay que ser emprendedores. ¿Y eso cómo lo hago?
Pregunta.
Empiezo a responderle tirando quizás por el camino más
sencillo. Diles que estamos de paso, que hoy estamos aquí gracias a nuestros
padres, abuelos, bisabuelos… así hasta llegar a Adán y Eva y todo lo que hoy
tenemos es gracias a que otros lo conservaron. ¿Te crees que no lo hago ya? Me
replica, y yo intentando aclarar mis palabras le digo que hablo más allá de ser
agradecidos por tener un plato de comida, un hogar o ropa (necesidades
fisiológicas según Maslow) hablo de agradecer todo lo que ellos consiguieron y
cuidaron por nosotros y hoy nos estamos cargando.
Muy bonito todo ¿Pero qué les digo?
Intento ante todo que desde el colegio se logre inculcar la
importancia del respeto. Quizás lo haga influenciado por mi experiencia en
otros países y su respeto tanto a lo privado, como a lo público, mientras aquí
raro es el edificio que no tenga una pintada en el otros países es totalmente
al revés. Intento en vano, ni con ese ejemplo logro dar una respuesta a su
pregunta.
Ahora, tras una ducha, unas cuantas horas de cama y algún
que otro momento de lucidez creo que ya sé cuál es la clave, ya sé qué diría si
pudiera en ‘prime time’ ante un público joven de 25-50 personas (no sé bien de
cuántos alumnos estamos hablando).El mensaje es bien claro: “Sean curiosos,
investiguen, sin miedo a equivocarse”.
Ese es el mensaje a dar Jose, el cómo lo dejo en tus manos,
quien logre el don de la curiosidad podrá ir más allá y descubrir que hay
muchos más caminos de los que creemos, hay más que fútbol y baloncesto, más que
PP y PSOE, más que blanco y negro, salgamos de la dicotomía, del par o impar,
del ser o no ser. Además este mensaje podría ser dado en cualquier materia, se
puede ser curioso tanto en las Matemáticas, en la Lengua probando a juntar
palabras, en Biología tratando de ver la vida en el lugar más insignificante, o
en Historia tirando de Archivos Históricos y herramientas de las que casi no
conocemos de su existencia. Por no hablar de Plástica y Música.
Y no, no es fácil transmitirlo, y yo tampoco soy la persona
más apropiada para decir esto, y puedo estar abusando de la demagogia, pero
confío en que puedas hacer llegar el mensaje, al fin y al cabo fuiste tú quien
me enseñó la única fórmula que aún recuerdo y que más útil me ha sido (Sí,
hablo de esa de menos B más menos raíz cuadrada de b al cuadrado menos cuatro
por A por C partido entre 2A)
Un saludo y cuando quieras seguimos la conversación
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