Oigo de refilón como alguien dice algo así como "estoy tratando de hacerme un hueco, pero este mundillo es muy complicado" y automáticamente pienso en la de huecos que a diario buscamos llenar no en este mundillo, sino en este Mundo (con mayúscula para enfatizar). Quizás ahora tu mente se active y esperes un Sombras de Grey, pero no, hay más huecos que llenar que ese que piensas.
A diario buscamos un hueco en el que aparcar, a la par que topamos con cabezas huecas que no razonan, lo mejor es adaptarse a ellas y no tratar de llenarlas, no sirve de nada, créeme. Más agradable es ver como te hacen hueco en el sillón porque empieza tu serie favorita, o como si nos pegamos todos un poco más te hacemos un hueco y de paso nos damos calor.
También te hace hueco para tu maleta la azafata de Ryanair, o mejor dicho, la de Binter que suelen ser más simpáticas. Al peluquero le pido un hueco para que me corte al pelo y a aquel amigo de tierras lejanas que me haga un hueco en su casa, con el sillón cama me vale.
Sin pensarlo mucho, me atrevo a decir que no hay hueco más simpático que el de la boca de los niños que acaban de perder sus paletas "de leche", ese hueco se llenará, pero valdrá la pena hacerle reír para ver tal hueco.
Hay quien deja huecos que no pueden ser rellenados, hay corazones que suenan a hueco y huecos que solo pueden ser ocupados con corazón.
¿Y qué me dices del hogar? Cuanto más hueco tienes, más cosas que no sabes si quieres guardar, pero siempre falta un hueco para tener a mano tantas y tantas cosas... Y qué alegría da ver que aún queda un hueco en la pared para colgar aquel cuadro, o aquella foto de aquel viaje en que tanto disfrutaste.
En definitiva, todos tenemos que hacernos hueco, pero igual de importante es hacérselo a otros y que nos lo hagan.
A todos los que de una forma u otra me han hecho un hueco, gracias.
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