miércoles, 6 de junio de 2012

Confianza


Suelo tener la insana costumbre de ver los telediarios, antes lo hacía esperando a que llegara el tiempo de los deportes, luego empecé a preocuparme un poco más por las cosas que los informadores consideraban noticia, y ahora lo hago para estar al día de las nuevas frases hechas que van saliendo. 

Ya prácticamente solo se habla de la crisis, y seguidamente, cual ametralladora de la boca del presentador, el entrevistado, el político, o el experto sale una colección de frases más que hechas más o menos ciertas. “Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” , “La culpa es de los bancos”, “No es una crisis normal, es una crisis financiera”… Y por encima de todas, hay una frase que a mí me encanta, “Esta es una crisis de confianza”.

No he querido molestarme en buscar la definición de confianza en el diccionario de la RAE, he preferido tirar de imaginación y hacer mi propia versión. Confianza es la certeza, suposición o anhelo de que algo va a ocurrir según lo pactado por otras personas o por nosotros mismos.
 
A diario confiamos en que el despertador suene a la hora, en que al abrir el grifo salga agua, en que realmente los fabricantes de llaves y cerraduras no hagan dos llaves iguales, en haber pagado un precio razonable por cualquier producto, en esta, una sociedad de consumo, o en que la comida que vamos a comer está en buen estado por ejemplo. Sin olvidarnos de los semáforos y demás señales de tráfico.
Confiamos también en medicamentos y médicos

En los bancos solíamos hacerlo también, nuestros ahorros deberían estar a salvo ahí, de hecho debemos ser bastantes los que seguimos haciéndolo, si no acabaríamos convirtiéndonos en los hermanos Banks de Mary Poppins y sin querer acabar provocando un gran revuelo. 

Lejos de la rutina llevamos toda la vida confiando en muchas cosas, en que lo que nos enseñaron en casa y en la escuela es lo correcto, en ser quienes nuestros familiares nos dicen que somos, o que las leyes que otros han establecido realmente son justas. También  sin darnos cuenta, llevamos toda la vida confiando en nuestros cinco sentidos, seamos daltónicos, sordos… o no.

Podría seguir citando infinidad de pequeños actos en los que confiamos o tratar de descubrir que es lo que realmente buscamos cuando decidimos confiar en otra persona, pero CONFÍO en que al leer esto cada uno en un ejercicio de reflexión saque sus propias conclusiones.

Lo que si queda claro es que las personas, esos seres tan raros de los que nos estamos olvidando, hemos construido un mundo en base a la confianza. Y si realmente esta es una crisis de confianza en el sentido que yo he descrito, la cosa es más importante de lo que yo personalmente creía.

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