viernes, 19 de febrero de 2010

Lo vas dejando, lo vas dejando...

La constancia nunca ha sido mi fuerte, es más llevo más de 20 años conviviendo conmigo mismo y ya sé como funciono, al principio empiezo con fuerzas, pero desde que abandone por un par de días se viene abajo cualquier propósito. El caso es que ha sido así para todo, cuando me apunté al gimnasio me propuse ir con cierta frecuencia, y empecé a ir de una forma tan rutinaria que hoy sería impensable. Otra muestra de mi falta de constancia tiene lugar al comenzar un trimestre, siempre digo eso de "esta vez voy a estudiar desde el primer día" y lo más triste es que en alguna ocasión he empezado a hacerlo. Así sucede con libros que empiezo, pequeñas metas que me he puesto, o ¿para qué ir más lejos? este humilde blog. Me he dejado ir, he abandonado esto, en un principio me dije a mí mismo que el crear un blog no sería un motivo de "estrés", no iba a dejar de hacer mi vida por escribir. Ahora bien, lo más triste es que he estado estos días sin hacer nada y no me he dignado a actualizar esto. Pensarán que quizás haya sido la falta de excusas para escribir, pero no, tras la anterior entrada he tenido que despedirme de mi hermano por unos meses, he visitado la capital de España, he conocido gente, el número de amigos en el tuenti ha aumentado, el ron ha penetrado en mi cuerpo, ha aparecido otra alerta naranja, la luz se ha ido en mi casa otra vez, el Tenerife ha vuelto a ganar, los Carnavales han llegado y ya casi se van, he podido entablar diálogos con estatuas humanas, Julián me ha pedido que le nombre en su blog e te ce e te ce (es decir etcétera). Entonces ¿dónde está el problema? No lo sé pero creo que el problema soy yo y mi falta de constancia.
Si alguien conoce cura le agradecería su receta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario