Con el fútbol me pasa lo mismo con las mujeres, me encanta, pero no llego a entenderlo del todo.
Los dobles pivotes, la defensa en zona, el rombo y demás términos me suenan pero no los domino.
Quizás entienda más la otra parte, la de abrazos a desconocidos, la de mirar a los ojos a mi primo de seis años al marcar el Tenerife, la de las afonías, en fin, la del sentimiento hacia unos colores, la del sufrimiento. Y es que si de verdad no me gustara el sentir de mi equipo, ese gusto por el sufrir quizás hubiera optado por lo fácil y sería del Madrid o quizás del Barcelona.
Me gusta también el poder que ejerce la globalización sobre el fútbol, y mientras escribo esto tengo en la mente la imagen mía hablando con un coreano y un francés que acababa de conocer sobre fútbol, no se me ocurre otro tema del que pudiera hablar en aquella situación, ni el cine ni la música creo que hubieran dado lugar a una conversación tan intensa y larga como la que tuve en aquel momento.
Ahora bien, ¿qué pasa cuando se prioriza el segundo punto sobre el primero? ¿Qué pasa cuando se le da más importancia al verde, azul, rojo, violeta o amarillo de los billetes antes que a los colores pintados en la cara de un aficionado? Cuando esto sucede podemos concluir en que algo se está haciendo mal, la esencia del fútbol se ha evaporado y ha desaparecido. Aquellos tiempos en los que el público apoyaba a su equipo porque en él jugaban los chicos de su tierra, de su barrio han dado paso a los tiempos en los que son las televisiones las que mandan, y donde tristemente el aficionado no tienen ni voz ni voto.
Y ¿a qué viene todo esto? Pues a una razón muy sencilla, creo que quien se encarga de decidir los horarios de los partidos se equivoca estrepitosamente al hacer jugar al Tenerife el Lunes de Carnaval, no quiero pensar que todo esto sea una estrategia para hundir a mi equipo, todos sabemos que aunque nadie lo diga no les resulta rentable que estemos en primera por tener una hora menos, por estar a tres horas en avión y todas esas cosas sabemos, pero no tiene que ser tan descarado, pero cierto es que siempre son los más pequeños de quienes se ríen a la cara y se habla de una igualdad que no se ve ni de lejos.
Aquí dejo el tema, por mi propia salud, no quiero ponerme nervioso, y sé que desde aquí no voy a poder cambiar nada, pero que quede claro que cuando alguien por dar un par de patadas cobra lo mismo que cien mil veces más que alguien que madruga a diario es porque algo estamos haciendo mal.
Coincido con tigo al 98% el futbol es algo maravilloso capaz de levantar personas de madrugada para ver unos cuartos de final, capaz de hacerbos Gritar, reir, llorar y mas estados de animo pero la culpa del Negocio no radica en que a un figurita que por gracia de dios tenga ese don al igual k otra persona lo tenga para los negocios etc... la culpa radica en nosotros mismos si hay futbol lo vemos vemos su publicidad y generamos millones millones y millones si una sola persona congrega delante de un televisor a miles de personas es una cadena que hace funcionar la maquina de hacer dinero el unico remedio de dejar de hacer esos multimillonarios despilfarros tendriamos que dejar de verlo y por mi un humilde expectador no sera otro punto en el que coincido al 100% es con el daño que le hacen a un equipo el unico español en la ultra-periferia que desgasta sus jugadores cada 15 dias viajando a la peninsula y se quejan de que ellos viajan una sola vez en la temporada y para finalizar Villarato Panplinas unicamente lo que hay es un complot hacia este mi humilde equipo club Deportivo Tenerife un saludo un mero aficionado.
ResponderEliminarSaludos Sigue asi compañero