Es en días de lluvia como hoy cuando como al igual que a casi todo el mundo vienen a mi mente recuerdos de la tormeta tropical Delta. Sin embargo mientras muchos recordarán fallecimientos, velas o laureles de indias caídos yo siempre lo recordaré como "el día que giré el sillón". Y es que ante la ausencia de luz, y por lo tanto de televisión opté por girar el sillón y dedicarme a observar por la ventana. Así fue la propia naturaleza con catástrofes la que me enseñó que la verdadera vida está en la calle.
Lamentablemente pese a que la lección está aprendida la televisión sigue siendo una de mis grandes pasiones y medio para perder el tiempo, perdiéndome así la oportunidad de sentir la calle
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