Antes de todo esto, llevaba unos días rondándome la idea de escribir sobre todos esos lugares en los que he estado sin saberlo. Comencé a escribir alguna línea, y para variar, quedó olvidada.
Me explico, sin saberlo, hemos estado en más lugares de los que creemos. Porque de una forma u otra, cada vez que alguien te piensa, estás. Si lo piensas, cuando de viaje compras un souvenir, estás comprando la demostración física de que te acordaste de ella.
Porque sí, sin ella saberlo, ha estado en la calle menos pensada de mi ciudad, en los atascos matutinos o incluso en algún examen con control de acceso. Y yo, quizás estuve en los rascacielos de Nueva York, en globo por la Capadocia, en algún bosque neozelandés o entre alguna tribu africana. No lo sé. Prefiero pensar que sí.
Y ahora, yo que nunca fui de hacer grandes fiestas en casa, tengo en mi salón a tanta gente que me río del camarote de los hermanos Marx. Todos a mi lado, olvidando la distancia de seguridad, recordándome buenos momentos mientras contamos los días. Y quién sabe, quizás yo ahora esté en el sillón menos pensado, o en el balcón más recóndito.
Comentaba que esa idea llevaba tiempo rondándome, pero hoy todo ha cambiado. He descubierto un poema de la poeta Elvira Sastre que dice así: "¿Dónde estás cuando no pienso en ti?". Y te he imaginado en otro salón contando los mismos días pero con otros fines y te he vuelto a invocar, y me ha dado igual dónde has estado,porque vuelvas a estar aquí, y aquí cabemos todos.
Volveremos a la vida y estaremos en muchos lugares más.
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