El hecho es que hace dos días me encontré, al igual que todos los espectadores, con el siguiente panel:
Y para variar, comencé a darle más vueltas si cabe a mi cabeza. No sabría decir si me removió más pensar que en la historia de alguien soy yo el malo, o tratar de adivinar sobre los malos de mi historia.
Quizás no sea momento de contar mi todavía inacabada historia, pero me cuesta identificar malos o malas. Y si los hay, no deben tener forma humana. Lógicamente, he coincidido con gente de todo tipo a lo largo de mi vida, todos con sus aciertos y errores, pero de ahí a dotarles de la vitola de "malos", hay un mundo. De algunos me alejé, de otros me alejaron, y de otros lucho por escapar, aunque una parte de mí no quiera. Pero no tuvieron nunca el papel de malos, y eso no es bueno del todo.
Malos fueron otros, los de siempre, a quienes culpamos los que todavía anhelamos triunfos, los que no hemos dicho la última palabra, los que pensamos que hemos hecho méritos para haber alcanzado algún logro más: mala pudo haber sido la suerte, las circunstancias o simplemente el momento, si es que hay diferencia entre los tres conceptos. Creo que no siempre le damos al azar el papel que merece.
A veces soy escéptico sobre el destino y otras veces sobre las casualidades, y en cualquier caso, viajo siempre con una frase de Ismael Serrano en la cabeza "la excusa más cobarde es el culpar al destino".
De la misma forma, hay gente que ha tenido el valor de reconocer su decepción conmigo, de entregarme reproches que intenté tomar como regalos, pero aun así, no creo formar parte del quinteto titular de sus malos. Hay gente con la que no estuve a la altura, quienes pagaron una cuenta que no les correspondía o quienes aparecieron en el momento más inapropiado. En cualquier caso, entre ser el malo en la historia de alguien, o simplemente no aparecer, no sabría qué escoger.
Dudo también que haya gente mala como tal, sino gente que dosifica con quien gastar su bondad, gente que solamente es capaz de usar su bondad para sí mismo y se olvida de que muchas veces es más gratificante dar que recibir.
En cualquier caso, aprovecho estos días de (más) reflexión para pedir disculpas si por algún casual aparezco en el papel de malo en la historia de alguien, creo que es un honor que no merezco todavía.
Acéptalo dice la imagen del panel, y quizás no sea mal plan para estos días. Ya lo dijo Sherezade (según Google)
"A veces las cosas no son como uno quisiera, pero siempre son como deben ser. Aprende a aceptar y dejar fluir".
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